JIGs


Uno de los señuelos que mayor popularidad ha ganado a lo largo de los últimos años en España es, sin duda, el jig, y esto es debido a su enorme potencial para producir capturas de gran calidad, ya que estamos hablando de un señuelo selectivo, pero también polivalente y útil para atacar lugares difícilmente pescables con otras presentaciones.

 

En apariencia es un señuelo de lo más sencillo, un jighead de peso, tamaño y forma variable, dotado de faldillines y, en la mayoría de ocasiones, de anti-algas, al que se suele acompañar de un trailer de vinilo.

 

Como ocurre con la mayoría de señuelos, el combinar sus características de forma que se adapte a las necesidades del lugar y el momento concreto en el que pretendemos utilizarlo es la base del éxito y, para ello, vamos a analizar básicamente estos.

 

En primer lugar, si nos fijamos en la forma de su cabeza, aunque podemos encontrar las más diversas formas, hay tres formas básicas a tener en cuenta, cónica, redonda y en forma de balón de rugby.

 

Los jigs con cabeza de forma cónica (flipping jigs o de Coberturas)suelen venir dotados con anti-algas fuertes y abundantes y son los más indicados para pescar lugares con coberturas especialmente densas, pues su diseño le permite penetrar hasta las zonas más profundas de estas posturas y, de esta forma, llegar hasta los peces que allí habitan sin ser molestados. Por ello, los depredadores suelen tomar los jigs así presentados de forma especialmente clara y violenta y, debido a la dificultad del campo de batalla, debemos adaptar también nuestros equipos para llegar a salir victoriosos del envite con cañas especialmente potentes, carretes de ratio elevado y líneas muy resistentes para sacar cuanto antes al pez de la maraña.

 

Los jigs con cabeza de forma de balón de rugby (football jigs)pueden venir acompañados de anti-algas mucho menos densos y resistentes, ya que su uso debe restringirse a fondos rocosos y arenosos, donde su diseño le permite ser arrastrado de forma que golpee y salte, de forma continua, los diferentes obstáculos que se encuentra en su camino. De esta manera podremos maximizar la posibilidad de que el jig caiga junto a algún depredador en ellos emboscados, provocando su picada por reacción, ya que esta forma de jighead hace que el jig, tras revasar un obstáculo, caiga de forma mucho más vertical, permitiendo escudriñar cada rincón de una estructura.

 

Los jigs con cabeza de forma redondeada son muy similares a los anteriores, con la salvedad de que este diseño tiene mayor dificultad para rebasar determinados obstáculos sumergidos y, por tanto, serían más indicados para trabajar fondos arenosos con rocas sueltas de tamaño reducido y ser presentados de forma lenta y metódica.

 

Además de la forma del jighead, el peso y volumen de la misma también deben ser muy tenidos en cuenta, ya que determinarán la velocidad de caída del señuelo y la presentación, elementos imprescindibles para lograr engañar a nuestro adversario.

 

Tanto el peso como el volumen del señuelo van a depender del material de construcción de su cabeza plomada, presentándose la eterna duda entre plomo o tungsteno. 

 

El plomo, dotará al jig de mayor volumen para un mismo peso, además de hacerlo menos sonoro a la hora de golpear los obstáculos, ya que es un material más maleable y elástico.

 

El tungsteno, en cambio, más denso y rígido, dotará a nuestro señuelo de un menor volumen para un mismo peso, lo que redundará en una presentación más delicada, además de ganar distancia de lance al tratarse de un proyectil más pequeño, compacto y pesado. Por otro lado, los sonidos producidos al golpear obstáculos sumergidos son mucho más intensos, haciendo al señuelo mucho más fácil de detectar, lo que puede ser de gran interés en condiciones de escasa visibilidad, como lugares con aguas turbias o baja luminosidad, y aumentará nuestra probabilidad de obtener picada.

 

A estos elementos descritos debemos sumar otros también importantes como el color de los faldillines o la elección del trailer.

 

En cuanto al color de los faldillines es importante probar, ya que aunque existen diferentes reglas más o menos útiles, como utilizar colores naturales (watermelon, greenpumpking, marrón-lila, y todas las variaciones de estos) para aguas claras y, por contra, colores oscuros o muy intensos (negro, negro-azul, chartreusse, etc) en aguas tomadas o momentos de baja luminosidad, hay que experimentar hasta descubrir cual es la mejor opción para el lugar y momento concreto en el que estamos pescando.

 

Ya por último habría que analizar la importancia del trailer, que puede aportar al conjunto volumen, vibraciones y un aumento o disminución de la velocidad de caída, y debe ser elegido en función de las características que queramos que aporte a nuestro montaje.

 

 

Como habréis podido leer se trata de un señuelo aparentemente sencillo, pero que ofrece un sinfín de posibilidades con la combinación de todos sus elementos y que, bien utilizado, puede ofrecernos grandes alegrías.

 

 

Un saludo.


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