SHACKY

Dentro de las diferentes técnicas denominadas “finesse”, enfocadas a presentaciones sutiles y delicadas para peces especialmente difíciles, encontramos el Shacky Rig, montaje derivado de la pesca con jig heads, y especialmente útil y versátil para atacar diferentes situaciones.

El montaje en sí mismo es bastante sencillo, y consistiría en el montaje del vinilo elegido en una jighead de peso variable y dotada de un muelle, alambre o cualquier otro utensilio cuya misión es sujetar el vinilo.

La particularidad de este sistema, debido a la forma de las cabezas plomadas empleadas, es que, debido a su diseño, nos permite el señuelo de forma completamente vertical, algo diferente y, en ocasiones, especialmente atractivo ante los ojos de los depredadores más reticentes. Por ello este montaje es muy útil para atacar posturas donde intuyamos la presencia de depredadores en capas secundarias, alejadas ligeramente de las orillas donde otras técnicas pueden resultar más idóneas.

La forma de manejarlo es bastante sencilla, dejaremos caer hasta el fondo el señuelo, teniendo en todo momento el control de lo que sucede en el otro extremo de la línea, pues muchas picadas se producen mientras el señuelo cae al fondo, para a continuación dejar que el señuelo permanezca en el fondo y dar ligeras sacudidas a la caña (shakes en inglés, de ahí deriva el nombre de la técnica), de forma que el señuelo goce de gran movilidad sin grandes desplazamientos horizontales.

Aunque este suele ser la principal utilización de esta técnica también puede ser útil para atacar peces suspendidos mediante recogidas en dientes de sierra y, tanto en este caso cómo en el anterior, el averiguar el peso adecuado para cada situación puede resultar crucial, ya que la velocidad de caída puede determinante a la hora de provocar picadas.

En este sentido os encontramos en el mercado diversos materiales de construcción para estas cabezas plomadas, entre los que destacan el plomo y el tungsteno y, cómo suele ser habitual, el segundo ofrece innumerables ventajas.

Además de resultar un material mucho menos nocivo para el medio ambiente que el plomo, con el ganaremos sonoridad y vibraciones, ya que al golpear piedras y demás obstáculos sumergidos el tungsteno es audible a mayores distancias y más atractivo para el depredador. Por otro lado tenemos la indudable ventaja del tamaño y la distancia de lanzado, ya que al tratarse de un material con mayor densidad, podremos lograr afinar al máximo nuestra presentación a la vez que podremos llegar más lejos con nuestros señuelos, ambos elementos de vital importancia cuando de pesca fina se trata.

Espero que todos aquellos que no hayan utilizado nunca esta presentación se animen a probarla, estoy seguro de que se convertirá en una de sus imprescindibles.